Cuentan las leyendas que un día dos dioses del baloncesto, de ese tipo de dioses de los que años después lo juglares retratan en sus cantos narrando sus hazañas, iban recorriendo una senda por este nuestro mundo, buscando una cancha de baloncesto dónde debían de jugar ese fin de semana. En esto que se les acercó uno de los muchos humanos que habitan este mundo desde que se extinguieron tanto tyranosauros como diplodocus y les dijo con humildad:
- Oh, grandes entre los grandes. Mi nombre es Antonnius de la gloriosa tribu de los Tres-boadas, y llevo mucho tiempo siguiendo vuestras gloriosas hazañas. Me sentiría muy honrado si me dejaráis compartir cancha con vosotros y jugar a vuestro lado.
Los dioses se miraron entre sí y empezaron a conversar entre ellos.
-¿Tú que opinas?- dijo el gran Ernes-tor.
- Parece fuerte y semeja tener buena muñeca, aparte de parecer decidido. Nos vendrá bien para defender y coger rebotes, pero habrá que tener cuidado de no pasarle muchos balones porque tiene pinta de que se los va a tirar todos... - dijo el indigne Rá-vid...Se volvieron hacia él y le dijeron- De acuerdo, puedes venir con nosotros.
Así prosiguieron los tres su camino. Siguieron andando y más adelante se encontraron con un hombre que estaba cargando trigo en una carreta. Pusiéronse otra vez a conversar entre ellos.
- ¿Qué opinas?- pregunto Rá-vid a Ernes-tor.
- Es fuerte y rápido, tiene pinta de que nos será útil en la zona. Seguro que coge muchos rebotes y pone muchos tapones.
- A mí tambien me parece que nos puede venir bien-dijo Antonius.
- Tú a callar, mortal.- Ernes-tor se acercó al hombre y le habló - Buenos días, mortal. Estábamos buscando gente para jugar con nosotros al noble deporte del baloncesto. ¿Te unirías a nustra noble causa?. si no lo haces, por supuesto, tan sólo te fulminaría con uno de mis rayos...
- Hombre, visto así...-respondió el humano- Me sentiré muy honrado de dejaros jugar a mi lado. Pero sin amenazas, esas que jueguen en el equipo de igual nombre
- ¿Cuál es tu nombre, oh valiente humano que tan insignemente nos desafía?.
- Mi nombre es Gonzálix de la muy noble aldea de Viliagarciaria.
- Acompañanos, pues.
- No, no. A ver si nos aclaramos. Me acompañáis vosotros a mí... o le pido a Caratuertix un poco de la poción mágica y luego conversamos sobre el tema....
Y así siguieron los cuatro su camino y se fueron encontrando en él con el genial Oscaredo, el rey de los pases imposibles que a veces llegan y a veces se van; Albertidis, el bregador de acero, fuerza en defensa y visión en ataque y hacedor de camisetas; Xandrix, el rey de los tiros arqueados y la piernas biónicas que le permiten recorrer grandes distancias de manera incansable; Luigidulfo Muñamba, el 4 de poderosos rebotes y fuertes brazadas que nunca se queda callado ante las injusticias (ni ante las justicias tampoco); Marquos-vadis, el alero que quiso jugar de base. Así hasta que llegaron al que se suponía sería su último discípulo...
- Tío, pero en serio, ¿tú lo has mirado bien?- dirigíase Rá-vid a Ernes-tor con los ojos cómo platos.
- Ya, bueno, pero es que en todo el resto del camino no hemos encontrado a nadie más y necesitanos a alguien que nos lleve las estadísticas y el Aquarius...
- Pero joer, seguro que tiene que haber algo mejor- asevero de nuevo Ra-vid.- Yo creo que incluso la gallina esa que está a su lado corre más rápido y puede defender mejor...
- Ya, pero las reglas son muy claras. En el equipo tan sólo pueden jugar dos dioses y el resto tienen que ser humanos. No dice nada de gallinas.
- ¡ Malditas reglas !. ¡¡¡ Fulminaré a los de la organización por no permitirnos fichar a quien sin duda és la mejor opción de las dos que tenemos delante !!!.- Se dirigió hacia él.- Humano,¿cómo te llamas?.
- Zuzo.
- Ya que no hay más remedio y eres nuestra única opción-Ernes-tor se frotó los ojos con cara de cansancio-, ¿quieres venir a jugar con nosotros?.
- ¿Puede venir mi hermano también?. Ez más grande que yo.
Los dioses se miraron entre ellos y conversaron.
- Bueno, si és más grande igual és mejor...Esperemos- Ra-vid se volvió hacia él y le dijo - De acuerdo, podéis venir los dos...
- ¡¡¡¡ Que bien, viva, viva, nos vamos a jugar al BÉISBOL !!!!
Y ya con el equipo formado partieron hacia la cancha.
Y sólo así se explica lo que pasó ese Sábado en la cancha de Teis, con dos dioses encestando canastas de todos los colores hasta el punto de acabar desesperando a los del equipo contrario que suplicaban que no les metieran mas: de dos, de tres, en penetración, 2+1 cayéndose, desde el lateral, la línea de fondo, después de asistencia, en coast-to-coast, acompañados de los mortales cuidadosamente escogidos por ellos y del queno quedó mas remedio (Luigidulfo, Marquos-vadis y el hermano de Zuzo tuvieron que ausentarse por dolencias propias de mortales)... Menos mal que cuándo salió Zuzo a jugar pudieron hacer algo de daño en la zona, si no la cosa podría ser peor.
Después de jugar el partido los dioses decidieron volver a los cielos... O al Domino's Pizza en este caso.
Yal día siguiente bajaron otra vez a jugar...
E...e...e...eso es todo, amigos...
1 comentario:
La Ilíada al lado de esta fábula se queda en una mariconada xDD Aunque echo de menos alguna alusión a los tordos flotadores
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